Todos nacemos con la capacidad de emprender. Es un proceso inherente a la vida que se abre paso a las dificultades del medio que le rodea. Si nuestro organismo está compuesto de células que cada día deben emprender una serie de objetivos, ¿por qué siendo el resultado de esa suma de entes emprendedores no emprendemos?
A medida que los humanos fuimos creando artefactos para suplir nuestras carencias evolutivas, y hacer posible la supervivencia, también fuimos limitando nuestra capacidad para emprender. Empezamos a preferir la seguridad para preservar, o más bien, encerrar la vida.
Hasta aquí podría dar la impresión que emprender es algo irracional, posiblemente así sea. Si no, ¿cómo se podría explicar la vehemencia de los Serial Entrepeneurs? Para ellos es vital, es estimulante poner todos sus recursos a favor de sacar adelante una idea.
Emprender no es sencillo. Quizá un emprendedor sea quien mejor entienda a una célula que busca alimento, genera su propia energía para existir, y se protege de los elementos de su entorno que por lo general siempre están más en contra que a favor. Supongo que en la vida a nivel celular debe existir algún tipo de satisfacción que impulsa a emprender la vida.
(Publicado también en Medium)
Vul.
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